crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

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domingo, 22 de mayo de 2011

La Bella Otero, gaditana de Pontevedra

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Siempre dijo que era gaditana y gitana aunque nació en Valga una aldea de la provincia de Pontevedra. Agustina Otero Iglesias vino al mundo en 1868 y, según cuenta su propia leyenda, fue abandonada y obligada a prostituirse desde niña. Triunfó en todo el mundo como Carolina Otero y en Francia la bautizaron como La Belle Otero. Giras interminables bailando a lo español. Con veinte años gira americana, y estrella del Follies Bergère, reina de la Belle Époque. No tuvo problema para conseguir favores de políticos influyentes y de paso lograr satisfacer su gran pasión: coleccionar joyas (varios reyes la tuvieron como amante). Logró acumular muchas y de tanto valor que le permitieron retirarse en 1910 a la costa azul derrochando su riqueza en los casinos. Murió en Niza arruinada y sola en 1965, a los noventa y siete años. He encontrado una entrevista realizada en París y publicada en The Minneapolis Journal, del 28 de octubre de 1906, en la 'Woman's Section', titulada 'La mujer con cuarenta está en la mejor época, dice Otero'. Aunque no fue una bailaora flamenca ella sí se consideraba como tal y presumía de haber llevado el baile por todo el mundo. En un momento de la entrevista afirma que el carácter de la danza española (en particular del flamenco) le enseñaron a tener confianza en sí misma. Y prosigue: no se nace siendo flamenca, en el sur de España dicen que sólo para comenzar se necesitan ocho años de preparación. Se necesita estar en forma además para aguantar un baile de 12 minutos, replicando al entrevistador que le diga qué bailarín de la ópera acepta interpretar un baile de doce minutos. Lo más interesante viene cuando dice que 'en el baile hay tres roles: el ingenuo, el amoroso y el trágico. Uno debe tener 16 años para comenzar a bailar y 35 para estar hecho. Y con cincuenta 'Rubia' a pesar de sus arrugas es quien fija la tradición'. No sabemos a quién se refiere, Rita La Rubia Ortega Feria no puede ser. Murió joven aunque bailaba como decía su sobrino Rafael El Gallo '¡Ya la podían echar a ella! Porque bailaba de un modo... contraprodusente, ¡Si señor, de un modo contraprodusente, esa era la palabra!'. Pero la Rubia no llegó a los cincuenta. Indagaremos más a fondo.
La entrevista prosigue con lo mal que van las cosas para las bailaoras en España, afirma que como bailarina española se está mejor en París, y finalmente muestra sus joyas, como puede verse en las fotos. Pongo dos videos ilustrando la entrada. En el bendito Youtube he encontrado a la propia Carolina Otero bailando en unos segundos rodados en 1898 en San Petersburgo y una grabación de 1906 (el año de la entrevista) cantando los cuplés patrióticos de la opereta 'La hija del tambor mayor' de Offenbach. Ay mi paisaniña, no veas la galega qué arte. Por lo menos mantuvo el apellido galeguísimo. Saludos