crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

jueves, 28 de junio de 2012

Serenatas y cantes de rondar, rondeñas. 1839

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Volvemos con el tema de si la denominación rondeña para el cante que se practica a lo flamenco desde los primerísimos tiempos del género proviene de Ronda o de rondar. Aquí y aquí ya entramos en esta cuestión, y hoy añadimos un relato firmado por J. M. de Andueza, redactado en La Habana en 1839 bajo el título La Serenata, el primero de una serie titulada Costumbres de Andalucía que apareció en el Semanario Pintoresco Español el 31 de marzo de 1839. En el texto, en verso, se aprecian muchos detalles de los 'flamencos de Cádiz' Juanillo y El Chario. La serenata va por Lucía, vecina de la Mirandilla (junto a Matadero de Santa María, cuna de primerísimos espadas del cante) quien llama gachón a su Juanillo, tal y como se solía hacer durante la segunda mitad del siglo XVIII, cuando gachón y gachona definían majeza, garbo y sal de tintes gitanescos. Las vueltas que el mundo da. Nunca se nombra lo gitano pero las descripciones son suficientemente elocuentes, así como la vestimenta 'a lo Planeta' del serenatero.


Estos son los versos que nos inclinan a pensar, una vez más, que la denominación de rondeña se refiere a los cantos de ronda que se practicaron en las serenatas a partir de los primeros años del XIX.


En el video de Youtube que acompaña esta entrada escuchamos un pregón con claros tintes de toná (hoy por bulerías: Por la calle abajito) muy bien cantado. Ya Guillermo Castro nos ha hablado sobre la relación entre las tonás y los cantos de labor, aquí otro ejemplo de cómo se ha manipulado la historia del flamenco. El folclore español está plagado de melodías melismáticas y jondas, que cuando son interpretadas por derecho revelan su estirpe manchega en este caso y flamencona.

sábado, 23 de junio de 2012

Un 'regalito' para Lázaro Quintana, 1850

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Indagando en la prensa del XIX uno encuentra cosas inverosímiles. Nos topamos por ejemplo en 1850 con un Lázaro Quintana a quien le hacen llegar un 'regalo' desde Madrid a Málaga, donde reside como carnicero (¿con su tío Antonio El Planeta?). La noticia aparece un par de años después de que el pionero cantaor gaditano pasara por Madrid (1847-1848) como cantante flamenco. El 'precioso' regalo se trata de un barril con los restos de un perro, un gato, excrementos, y otras lindezas. Lázaro acusa a la persona que se lo entregó, un tal Corrales, quien afirma haberlo recogido de la galera procedente de Madrid y habérselo llevado a su destinatario.
Al pobre Lázaro no debió de gustarle nada la gracieta, propia de algún desaprensivo (si se trata de nuestro Lázaro el enemigo sería un antiflamenco, que desde siempre abundan). Quintana también denuncia al redactor del Avisador Malagueño que el 6 de marzo bajo el epígrafe Un regalo de la corte publicó una noticia que, según Lazaro, describe lo que a él le sucedió con el barril. El redactor sin embargo declara en el juicio de conciliación que no se refería a Lázaro ya que el artículo menciona como destinatario a un conocido gitano y, según se dice, Lázaro no lo es. Reproducimos completo lo que publicó La España el 16 de marzo.
Pobre Lázaro. Con lo bien que debió cantar. Fuese o no gitano, que esa es otra. A lo mejor le perdemos la pista por asuntos como éste. A lo mejor no se trata del cantaor, olvidado por la flamencología, ya que ni El Solitario ni Demófilo se refirieron a él. Debemos hacerle justicia, aunque solo sea por ser el primero hasta el momento que aparece en la prensa histórica como 'cantante flamenco'. Gracias a Monte que encontró el dato.

miércoles, 20 de junio de 2012

Tremendo Asombro, lo último de Ortiz Nuevo

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El poeta, actor, escritor e investigador del flamenco José Luis Ortiz Nuevo ha publicado un material espectacular que esperamos que toda la investigación flamenca se haga con él para tomar nota. Lleva como título 'Tremendo Asombro' (Libros con Duende, 2012) y recoge las noticias más flamenconas de los diarios de La Habana. Nos anuncia otro Asombro no menos tremendo tras el vaciado de las hemerotecas mexicanas.
José Luis es un maestro para todos los que nos dedicamos a la investigación de esta música tan nuestra. Parió la Bienal de Sevilla y es autor de obras imprescindibles de la ciencia flamenca. Siempre tuvo tiempo para indagar en el pasado para trazar una historia más creíble de la llamémosla 'oficial'. En 1991 publicó '¿Se sabe algo?, un estudio pionero, acerca de la huella de lo flamenco en la prensa sevillana del siglo XIX. Reveló importantes nombres y hechos que hoy circulan en los escritos de la flamencología. Y como estos días va de la Pepa Vargas, ahí va una extensa noticia dedicada a la bailaora gaditana, extraída de 'Tremendo Asombro'. Gracias maestro.
            PRENSA 10 de Marzo de 1850
                  Buena Noticia Teatral                 
Recorriendo los periódicos de la Corte, hallamos en el titulado El Clamor el siguiente parrafillo que creemos ha de ser leído con mucho gusto por cuantos entre nosotros aman el teatro nacional.
         “La Vargas y Dardalla.- Parece indudable que se han hecho proposiciones a la Sra. Vargas y al Sr. Dardalla por un comisionado del Teatro de La Habana y que aquellos artistas las han aceptado; por lo tanto si no ocurre ningún incidente que altere lo convenido es muy de temer que los asistentes al teatro de la calle de Las Urosas tengan que renunciar muy pronto a las ilusiones del Polo del Contrabandista y a las gracias jitanescas del Tío Macaco.”
         Esto dice El Clamor y la misma noticia hallamos en el periódico titulado La Época quien además nos da los siguientes apuntes biográficos de la célebre bolera, hoy una de las tres más notables de la Península.
         “La Vargas que se ha hecho un nombre célebre entre las bailarinas españolas nació en Cádiz en el año de 1828. A los 11 años de edad bailaba ya con tal gracia y perfección que fue contratada para los teatros de Gibraltar y de Algeciras, y al siguiente año la fama de sus alados pies la llevó a los teatros de Cádiz y Sevilla, donde alternó dignamente con las primeras bailarinas.
         Desde Cádiz, que había sido en aquel año el último punto de su residencia pasó a Santiago y a Vigo, y en 1843 fue ya contratada para el Teatro de Zaragoza. Pasó de aquí a Barcelona, donde se la ajustó de Primera Bailarina en el Teatro Principal, dándose ya a conocer como artista de más aspiraciones en los difíciles y conocidos bailes de la Mutta di Portici y de Roberto, en que los aragoneses (sic) la aplaudieron con entusiasmo.
         De Barcelona pasó La Vargas  a Valencia con el carácter de Primera Bailarina, y allí permaneció las dos temporadas de 1847 y 48. Por entonces llegó también a aquel teatro la inolvidable Guy Stefan y La Vargas ocupó un lugar distinguido cerca de ella, formando un vistoso contraste su gracejo y donaire para los Bailes Nacionales, con la delicadez y sentimentalismo de la Guy.”
         Hasta aquí los periódicos de Madrid que hemos citado. Nosotros debemos añadir que nada se sospechaba en La Habana de semejante ajuste. Pero si son ciertos, si efectivamente llegasen pronto entre nosotros la bolera Sra. Vargas y el actor de carácter andaluz Sr. Dardalla, no podríamos menos de elogiar el pensamiento de cualquiera que los hubiera mandado a ajustar en Madrid para trabajar en La Habana, porque ambos tendrían un éxito loco ante nuestro público.
         La Sra. Vargas, joven, bonita, andaluza y llena de gracia, según la prensa madrileña en general, es la rival de La Nena y de Petra Cámara, que componen la célebre trinidad que ha estado a pique de dar al traste con el juicio de los madrileños alegres de cascos.
         La Sra. Vargas es una notabilidad como bailarina, posee mil encantos reconocidos por cuantos la han visto una sola vez; tiene un numeroso y rico equipaje y ha logrado llamar la atención del público madrileño, entusiasmándole, lo que ya es en verdad un poco difícil y más tratándose de bailes nacionales en que tanto y tan bueno se ha visto.
         ¿Cómo pues será recibida en La Habana la Pepita Vargas si se decide a pasar el charco y aparece en nuestro Gran Teatro con  toa su sal y salero y su ángel y su retrechería andaluza, y sus guardapiés con encajes, y sus guiños y su aire de taco?
         ¿Qué explosión no causaría entre tanto desdichado hijo de Adán, que se muere de purísimo gusto ante el donaire andaluz y las vueltas, traspieses y revoleos de una macarena e Sevilla?
         Respecto al Sr. Dardalla, sabido es que en la actualidad está respetado en Madrid como el primer actor, como el actor cómico para las piezas andaluzas, por su gracia, por su naturalidad, por su rumbo, por su modo de manejar aquel lenguaje todo malicia, exageración y salero.
         Todos los autores de juguetes andaluces han escrito para el Sr. Dardalla, y él solo ha sostenido el interés del público en el teatro cuando se conocía que estaba próximo a decaer. Por tanto el éxito que un actor de carácter andaluz como el Sr. Dardalla consiguiera en La Habana, sería inmenso. Recuérdese el gusto con que siempre se ha recibido al Sr. Ruiz en esas piecesitas sui géneris, recuérdese cuanto se ha gozado con su gracia, cómo se le ha aplaudido, cómo se le ha deseado, cómo se ha conocido en lo numeroso de la concurrencia la noche que se ofreció una piecesita andaluza, la satisfacción con que el público le acogía.
         Indudablemente la venida a La Habana de la Vargas y de Dardalla sería muy beneficiosa para ellos y para quien los hubiera contratado, porque el público acudiría entusiasmado a hacerles justicia. Por lo demás dudamos mucho que salga cierta tal noticia, porque poco a poco se van pasando revista a casi todas nuestras notabilidades artísticas, diciéndose que escriben, que se ajustan, que proyectan, que vienen... y el resultado será que todos se quedarán en su Madrid y nosotros en La Habana con lo que buenamente pueda recoger y reunir  en la isla el señor Argente. Se ha dicho que acaso vendrían a La Habana los artistas siguientes: Matilde Díez, Pepita Palma, la señora Samaniego, Isabel García Luna, Pepita Vargas, Pepe Valero, Julián Romea, García Luna, Dardalla, Florencio Romea...
         Véase pues si eso es algo y más que algo. Excepto el señor Latorre, el señor Arjona y el señor Guzmán, ahí está la flor y nata de nuestros artistas dramáticos, con que si tal saca se hacía de los teatros de Madrid para el de La Habana, en verdad no quedarían muy contento que digamos los señores cortesanos. Desgraciadamente lo más fácil es que después de soñar con tanto lleguemos a despertar sin ninguno.

domingo, 17 de junio de 2012

Lázaro Quintana con Dolores la gitana, Madrid 1847

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Ya supimos por el amigo Alberto Rodríguez que Lázaro Quintana (sobrino de Luis Alonso y El Planeta, según las indagaciones de Antonio Barberán y Manuel Bohórquez) estuvo en Madrid en junio de 1847 y que repitió en diciembre de 1848. Publicó las noticias en su blog 'Flamenco de Papel' (ver aquí y aquí).
Hoy traemos una crónica de dos días antes de la primera citada (6 de junio del 47), algo más extensa y donde Lázaro aparece acompañado nada menos que de Dolores La gitanilla, seguramente se trate de la enigmática cantaora que aparece citada por Estébanez Calderón 'El Solitario' en la última parte de su Asamblea General. Alberto publicó en este enlace las actuaciones de Dolores en Madrid en 1846. Esta es la gacetilla a la que nos referimos
El Espectador, Madrid 6/6/1847
Que Dolores estaba en Madrid y que era bien conocida nos lo confirma El Heraldo del 8 de junio de 1847  

En la Asamblea Dolores la gaditana fue la intérprete de aquella malagueña Dolora. Así nos lo cuenta El Solitario: Érase una la Malagueña por el estilo de la Jabera, y la otra, ciertas coplillas a quienes los aficionados llaman Perteneras. Cuantos habían oído a la Jabera, todos a una le dieron en esto triunfo, y decían y aseguraban que lo que cantó la gitanilla no fue la Malagueña de aquella célebre cantadora, sino otra cosa nueva con diversa entonación, con distinta caída y de mayor dificultad, y que por el nombre de quien con tal gracia la entonaba, pudiera llamársela Dolora. La copla tenía principio en un arranque a lo malagueño muy corrido y con mucho estilo, retrayéndose luego y viniendo a dar salida a las desidencias del Polo Tobalo, con mucha hondura y fuerza de pecho, concluyendo con otra subida al primer entono: fue cosa que arrebató siempre que la oyó el concurso”. Gamboa en 'Una historia del Flamenco' emparenta ésto que cantó Dolores con la Malagueña del Mellizo según la descripción musical que hace Estébanez. El Solitario también se refiere a Dolores y su comparsa de Espeletilla, Enriquillo, el Granadino, la Mosca y demás zarandajas. Y la define como la estrella de las gitanas. La descripción de su baile lo dice todo
Ea pues, más datos sobre el afamado 'cantor del género gitano', de polos, peteneras, corraleras, serranas y livianas. Ahora con Dolores. Ya sabemos algo más. Si esto no provoca comentarios el Afinador se retira. Que noooooooo, que es broooooma. Lázaro y La Dolores, como los protagonistas de la zarzuela de Bretón, casualidades de la vida. O que Dolores fuese el nombre de la madre de Lázaro, la hermana del Planeta y Luis Alonso. Saludos

jueves, 14 de junio de 2012

La época primitiva del baile flamenco, 1850

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La Pepa Vargas, danseuse espagnole, 1854. Giraud
De regreso de Albuquerque el Afinador creyó (¡Qué iluso!) que la última entrada dedicada a la soleá de Pepa Vargas (así como la entrada anterior dedicada a la jeliana) iban a tener una mejor acogida entre los aficionados a las noticias antañonas. Si bien las visitas al blog son numerosas tan solo hemos recibido un comentario desde Gines (gracias Mª Carmen Gª Franconetti). No obstante no les quepa la menor (ni sol mayor) duda que otros 'investigadores' la usarán para diseñar sus teorías dentro de poco sin citar dónde la han encontrado. Otra noticia reveladora como fue la dedicada a la Escordatura en 1800 no ha tenido apenas comentario. Ya vendrán diciendo aquello de que 'ellos ya lo sabían'. Ocurre con demasiada frecuencia. El indicar siempre el periódico o libro donde se halla el dato da pie a que venga otro diciendo que ya lo conocía. Es lo más común. El huevo de Colón. A algunos solo les interesa una noticia si la encuentran ellos mismos: 'vanitas vanitatis', y jamás se rebajan a comentar, aunque hallemos más tarde los datos en sus escritos sin reconocer que supieron de él a través de los pocos blogs que nos dedicamos a estos menesteres y de las publicaciones que venimos haciendo desde hace 20 años. País.
La crónica de una bolera como la Pepa Vargas bailando por soleá en época tan temprana viene a confirmar una vez más como lo bolero es el antecedente más claro de lo flamenco; y que las boleras y boleros de la primera mitad del siglo romántico fueron los predecesores de la escuela flamenca. Aun hoy son muchos los que niegan el apelativo flamenco a aquellos artistas que triunfaban en los teatros creyendo que para ser flamenco hay que tener los calzones rotos.
Eran los años de la Pepa Vargas y La Nena Perea, de Petra Cámara, Dolores Serral y La Guy Stephan quien, al igual que la Elssler, aprendía el jaleo de Jerez y la Cachucha llevando estos bailes de pura cepa andaluza por los teatros de Europa y América. Eran los años madrileños en que la empresa del Teatro del Instituto capitaneado por Antonio Ruiz rivalizaba con la compañía coreográfica dirigida por Carlos Atané, que actuaba en el Teatro de la Cruz, La Nena bailaba el Ole en el Instituto y el mismo baile lo recreaba la Vargas en el otro coliseo. Mientras Petra Cámara estaba en Príncipe y la Guy Stephan en el Circo.
Todo esto nos recuerda los tiempos, hacia 1760 (casi un siglo antes), cuando los seguidores de Mariana Alcázar competían con los de María Ladvenant, la época de los 'chorizos' y los 'polacos', aquellos 'clubs de fans dieciochescos' que apoyaban a las compañías residentes en los coliseos del Príncipe y La Cruz respectivamente, sitos en la madrileñas calles del mismo nombre.
Aun estaban por llegar los años de la Cuenca, Rosario Monge 'La Mejorana', Gabriela Ortega, La Macarrona, La Malena y Pastora Imperio, pero sin duda en esta época se daban los 'pasos' necesarios para que unas geniales gaditanas, jerezanas y sevillanas diesen en la diana con su baile arrebatador.
Traemos un programa de la compañía de Atané que podría servir de modelo de cómo de 'pre-flamencas' eran aquellas funciones en 1851 (el amigo Gerhard Steingress dio buena cuenta de todo esto en sus escritos, principalmente en 'Y Carmen se fue a París', Almuzara 2006. Gerardo es un magnífico investigador que ha dedicado más de 30 años al flamenco, y ha acabado abandonando por el casi nulo caso que le han hecho. Eso si, los datos que encontró aparecen en todos lados sin que apenas se cite la fuente).
Diario Oficial de Avisos 5/11/1851
Los panaderos de la Viña (nunca hasta el momento habíamos encontrado la versión 'caletera' de las populares seguidillas de los panaderos), La Sandunga (baile coreográfico que sería pa verlo. Con semejante nombre nos hacemos la idea de lo mulatón que sería su acento); Bolero de la Gracia y Seguidillas gitanas bailadas por la señorita Romero La Cuchillera (otra de las bailaoras primitivas del género); el Jaleo del 'alza pilili' con Atané, La madrileña y el Jaleo de la sal de Andalucía, a tres. Y cómo no su fin de fiesta y todo por dos reales. ¡Qué tiempos!
A continuación un artículo de Narciso Díaz de Escovar sobre estas y otras bailarinas-bailaoras que publicó Blanco y Negro el 27 de enero de 1927

jueves, 7 de junio de 2012

¡Viva la Pepa Vargas por SOLEÁ! en 1854

3 comentarios:
Antonio María Esquivel: La bailaora Josefa Vargas
Siempre andamos detrás de noticias que aclaren un poco el oscuro origen del flamenco. Por amor al arte, sin más compensación que las visitas al blog (100 diarias) y los comentarios que algunos tienen a bien dejar. Razones más que de sobra para seguir investigando y mostrar los hallazgos, unos más 'sabrosos' que otros. El Afinador lleva en la red dos años y medio y hoy presenta una de esas noticias apetitosas que los buenos aficionados sabrán valorar.
La soleá es la columna vertebral del arte jondo, pero aun hay muchas incógnitas respecto a su origen. Unos dicen que viene del polo y la caña, muchos de los jaleos, quizá de la jeliana o de la guillabá. A nuestro entender tanto el polo y la caña, si bien proporcionaron materia musical a la soleá, también recibieron de ésta un buen número de condimentos que los impulsaron a hacerse plenamente flamencos. Lo que es decir que si escucháramos los polos y cañas de finales del XVIII y hasta mediado el XIX probablemente nos sonarían más a canto que a cante.
Hoy traemos una de las más antiguas referencias a la soleá, en este caso bailada. De 1854. Ya supimos del malogrado tenor Buenaventura Belart cantando 'alante' soledad, en septiembre de 1853 (ver aquí). Pero si va de fechas Gerhard Steingress la encontró, bailada  por la sevillana Petra Cámara, el 21 junio de ese año '53.
Los que han leído la noticia anterior sabrán de qué hablamos si nos referimos al baile La Estrella de Andalucía del coreógrafo y bailador Antonio Ruiz, estrenada en septiembre de 1853 en Madrid y concebida expresamente para la sevillana Manuela Perea 'La Nena'. Su gran rival por entonces, además de Petra, la Guy o la Fuoco en otros ámbitos, era sobre todo la gaditana Josefa Vargas, bailaora que, siguiendo el éxito que obtuvo Manuela con la obra del Sr. Ruiz, interviene en este baile pocos meses después en Granada. La Época del  20 de enero de 1854 nos da a conocer una actuación de la Vargas en esa ciudad andaluza participando en La Estrella de Andalucía. Mientras La Nena y Ruiz seguían con sus bailes en Madrid, por entonces los titulados Gallegos y Gitanos o Rataplán, el éxito de la Vargas en Graná era clamoroso, con el público haciendo compás, y para complacer a la concurrencia tuvo que repetir la Soleá con toda la gracia que la distingue. ¿Que no era bailaora la Vargas?
¿Tuvo que repetir la Soleá en la Estrella de Andalucía? Pero en el original de Ruiz no figura este baile (ver la entrada anterior). La Pepa quizás la sustituyó bien por el Jaleo del cuerpo de baile (lo dudamos), por La Jeliana a dúo (no sé). ¿O será que fue en vez de la Guilavá? (en otras fuentes Guillabá) ¿Será este un nombre alternativo a la soleá? Recordemos que guillabo significa cante en caló. A no ser que dicha soleá se encuentre en La feria de Mairena de Tomás R. Rubí, o en La moza de rumbo, aunque el cronista dice este último... ha sido para ella uno de los mejores triunfos. Seguiremos indagando.
Pepa Vargas comenzó entre Gibraltar, Vigo y Zaragoza. Pasando por Barcelona se trasladó a Valencia, para por fin recalar en Madrid donde obtuvo sonados éxitos entre 1849 y 1855. En 1850 Santos Bueno del Castillo escribió una Biografía de la graciosa y célebre gaditana DOÑA JOSEFA VARGAS, primera bailarina del Teatro de la Comedia. y según la noticia que reproducimos a continuación se alejó del baile en 1855. Después perdemos el rastro de la bailaora que enloqueció París, Londres, San Petersburgo y allí donde se ponía a bailar.
El Clamor Público 28/9/1855
Si realmente era gaditana ¿porqué cuando llegó a la Tacita en 1853 se la tenía como primera bailarina de los teatros de la Corte pero en ningún momento aparecen referencias a que fuera paisana de los gaditanos? Podría ser como La Bella Otero que siendo de Pontevedra pasaba por ser de Cádiz Cádiz. Cousas mais raras veredes.

lunes, 4 de junio de 2012

Galiana, Gariana, Geliana, Giliana

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Sabemos por Gerhard Steingress, por los datos aportados en su valioso libro 'Y Carmen se fue a París', de la Jeliana bailada por el coreógrafo y bailador Antonio Ruiz y la sevillana La Nena (Manuela Perea) dentro del baile La Estrella de Andalucía, donde Manuela interpretaba la protagonista, Estrella. Eso ocurrió en junio de 1854 en París. Hemos seguido el rastro y encontramos, como es natural, que dicha obra se estrenó en Madrid diez meses antes con similar programa al de París. En la función madrileña se bailaron los pasos Tirana, Zurito?, Rondalla andaluza?, Paso de acción, Jaleo por el cuerpo de Baile, Guilavá? (guillabo significa cante en Caló) a solo por la Nena, Jeliana a dúo y fin de fiesta.
Diario Oficial de Avisos 29/9/1853
Steingress localiza este baile en París durante una de las giras que la compañía de Ruiz hizo a la capital francesa, el programa que encuentra el sociólogo austriaco es: Zurito?, Rondalla, Pas d'action, Juego de panderetas, Zulango?, Jeliana y Final.
Del enigmático cante nominado Giliana sabíamos que lo cantó Antonio Jiménez El Mellizo hijo en el Concurso de Cádiz de 1922. Por otra parte Pepe de la Matrona afirmaba que se llamaban así las soleares bailadas por una mujer, mientras que cuando lo hacía un hombre se llamaban jaleos. Por lo visto no era así mediado el siglo XIX ya que la encontramos bailada por la pareja principal de la compañía. Sabemos del cante por Gilianas por Luis Suárez Ávila. El investigador portuense la rescató en el repertorio de Jeroma la del Planchero con esta letra
La Galiana está en la corte
tejiendo la rica manga
para el fuerte Rocasino
que por ella juega a las cañas

Tenemos desde hace tiempo el fragmento de un ramillete de cuadros y costumbres arreglados por Gregorio Urbano Dargallo con el titulo genérico de 'Horas alegres' y publicado en 1847 donde se cita la geliana, ahora con G y cantada. Siete años antes de las anteriores noticias la hallamos en la descripción de una fiesta flamenca en toda regla y seguramente la más antigua mención del estilo, hasta el momento
Gregorio Urbano Dargallo:Horas alegres, p. 216, 1847
Bailando playeras (seguiriyas arcaicas), deshaciéndose con el gracioso arandito (antiguas cantiñas) y desgañitándose cantando la geliana (seguramente una antigua soleá romanceada), todo un festín flamenco vamos.
Esta soleá romanceada, emparentada por la flamencología con alboreás, jaleos, chuflillas y nanas, Antonio Mairena la grabó como Gilina, y según Suárez Ávila es de inspiración propia construido a partir de un cante de Jeroma la del Planchero:
A la giliana,
moros y cristianos
lloran por Granada
Luis Suárez nos indica a su vez un cierre de Bulerías por soleá con esta letra:
¡A la galiana, a la galiana!
Mi pare está malo,
malito en la cama

Por su parte no debemos olvidar que Paquirri El Guanter cantó en Cádiz El Jaleo de la Gariana en 1847 (ver esta entrada) en el mismo año que las 'Horas Alegres' antes citadas.
No tenemos más noticias pero seguiremos indangando entorno a la geliana, gariana, galiana o giliana.
Quedaría apuntar también que el amigo Gerhard aventuró en su día la posibilidad de que Tío Luis el de la Juliana bien podría ser Tío Luis el de las Jelianas. Cosas veredes.