crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

domingo, 22 de diciembre de 2013

Historia e intrahistoria, o El triunfo del timbre

9 comentarios:
Unamuno hablaba de intrahistoria cuando se refería a la vida tradicional, que sirve de 'decorado' a la historia más visible. Todo aquello que ocurría pero no publicaban los periódicos. R. G. Collinwood dice: el pasado solo puede conocerse como algo que se conserva de modo residual en el presente. El pasado es inaprensible. Y Miguel-Anxo Murado afirma: La historia es como la ceniza de un incendio. No es el incendio, ni siquiera un resto del fuego, sino tan solo un vestigio de los efectos el incendio. El viento sopla constantemente, dispersándola.

En los blogs más flamencos se vienen publicando dos tipos principales de fuentes, documentos hallados en los archivos, bastante fiables, y las que proceden principalmente de la prensa y la historiografía, estas lo son menos. Este blog se ha centrado desde el principio en la prensa. Consciente de que la intrahistoria quedó flotando en el éter, sólo podemos intentar reconstruirla con los datos a nuestro alcance, pero nunca llegamos a adivinarla tal y como fue. La historia no es ciencia exacta, no es matemática.


ABC 22/5/1962

No así la música, que tiene mucho de matemática. Reconstruir el pasado desde la música apoyándose en la historia nos ayuda a ver un poco más clara la intrahistoria, aunque sea solo una mijita. Hay que andar con pies de plomo pero sin titubear ante lo inesperado. Y es que la historia que se ha escrito sobre flamenco poco se parece a la intrahistoria que aparece tras el análisis musical.


El flamenco se hace, como todos los géneros de música, con melodía, metro, ritmo, armonía, forma, dinámica y articulación, conformando una estética única, un género peculiar. El resultado es un artificio, arte musical modelado al gusto del respetable durante siglos. Cuando comienzan a cristalizar las formas flamencas, allá por 1820, éstas se definen por unos rasgos distintivos, aquí un compás característico de doce tiempos, allá un modelo armónico a medida que llamamos frigio, cadencia andaluza, modo flamenco, hasta frigio mayorizado, entre otras lindezas, ambos al servicio de una melodía singular que es la que define el género, a lo gitano, y lo hace inconfundible.


Ahora bien ¿Cómo cantaría aquel Silverio? La historia nos dice que con el eco de su voz se abrían los azogues de los espejos. Me pregunto si se parecería más a Mairena o a Marchena. Unos darán por hecho, por cuestiones de raza, que a José Tejada ¿Y Antonio Monje El Planeta? Aunque de él nada podemos aventurar, muchos dirán que a Torre, claro. ¿Y Curro Dulce o El Nitri? ¿Cómo era la voz del Mellizo?


La historia nos habla de la voz afillá, deduciendo de los escritos de El Solitario y una copla con la Andonda que esa voz se corresponde con la del Fillo, a quien una vez llamaron El Rubini del cante flamenco. También hay quien escucha ese rajo, esa voz rozá, ese color en Manuel Torre. Y se da por hecho que María Borrico, Frasco El Colorao o La Serneta cantaban así. Si eran callos reales no podrían cantar de otra forma.

La generación post 1956 puso en valor el flamenco doméstico y encumbró voces que herían por su timbre, por el color, no tanto por la música. Llegando a decir de Tomás o Sernita, por nombrar dos ases, que cantaban mu gachó. Esta escuela, mal nominada neoclásica siendo totalmente 'contemporánea' (1956-?), pone en valor el timbre, el color de la voz, sobre el resto de cualidades del sonido (altura, duración e intensidad, por decir las otras tres). Cuanto más rancio más puro, palabra por la que Pachón y muchos otros sienten devoción, así su nueva película: Triana pura y pura. La música pasa a ser algo secundario, lo importante es el timbre, ronco, atávico, visceral, crudo. Pura novela.

¿Pero quién sabe cómo cantaba El Planeta, el Fillo o el mismísimo Broncano? Los cuatro polos que hemos localizado del maestro gaditano no dicen nada al respecto, solo que se subió a las tablas de los teatros de la Tacita para interpretarlos. Después el baile en Triana y la Asamblea. Y que era grueso. No hay mucho más.

Mairena dijo que lo que él y sus primos cantaban era antiguo, puro y gitano, y se montó el guirigay actual donde la apisonadora del racismo dejó en la cuneta a muchísimos artistas, por nuevos, impuros y no gitanos. Medio siglo largo después seguimos ejerciendo de catetos defendiendo purezas imaginadas, razas de novela, y ancestros de dibujos animados. Ay Ricardo picha, los artistas de lujo, pero mucho de lo que cuentas es más falso que la sonrisa de Aznar.

La música apunta en otra dirección. La métrica muy afroamericana, la rítmica resultante un milagro de alquimia, como el sistema armónico. ¿Y la melodía?

A pesar del ejercicio de atavismo flamenco llevado a cabo por la flamencología más ortodoxa, me temo que las tonadas o melodías flamencas no fueron heredadas sino recreadas, puro artificio a medida, al gusto que dibuja la historia, que no la intrahistoria, melodía gitanesca, agitanada, maleable, de sastre. En música nada logra ser puro, racial o antiguo, sino impuro, mestizo y reciente.

¡Ay si alguien inventara por fin la máquina del tiempo! Yo me pido ir a Cádiz entre septiembre de 1826 y agosto de 1828 para escuchar al Planeta en el Teatro del Balón.

El Afinador de Noticias, con cuatro años y 300 entradas publicadas, desea a todos sus lectores buenas fiestas de Navidad y Año Nuevo. Brindaré por ustedes con Alvariño, Vigo, Baiona, Panxón, Noiteboa, Nadal. Un abrazo a todos.

Islas Estelas y los farallones, desde Monteferro, Panxón. Al fondo Cabo Silleiro. Miña terra galega.

martes, 17 de diciembre de 2013

Juan Gyenes, el mejor fotógrafo del mundo

6 comentarios:
Recuerdo cuando Antonio Gades presumía de haber trabajado de niño en el estudio de Gyenes, y luego también con Campúa, dos de los fotógrafos de mayor prestigio en el Madrid del siglo XX.


Entre las fotos del primero queremos destacar esta maravillosa de Carmen Amaya en su camerino, dedicada con admiración y cariño

Y esta otra que le hizo el húngaro residente en Madrid a Antonio Ruiz Soler


Que fue un artista no cabe la menor (ni sol mayor). Pilar López, colocación de lujo


También fotografió de bolero al italiano José Greco

viernes, 13 de diciembre de 2013

Año 3 después de Morente

4 comentarios:
¡Ay Maestro! Parece que aun te oigo decir ¿Para qué vamos a hacer las cosas bien...?

Del flamenco te alegrará escuchar a los fenómenos que hay en la guitarra y en el cante, en el baile...

La humanidad va siendo poco a poco, como querías, patrimonio del flamenco. A pesar de una política cultural ruin el equipo gana.

No te olvidamos.
Palau, foto: Eva Ripoll

domingo, 8 de diciembre de 2013

¿Sabe alguien del cantaor Aguado?

2 comentarios:
Me topo en un relato de 1890 con un Aguado, cantaor jondo, del que no encuentro noticia alguna. También se habla ahí de Dionisio Aguado, el guitarrista que triunfara en Europa en la primera mitad del XIX. Y todo por mor de otro Aguado, zapatero de Madriz, un prenda de cuidado.

Corrección Milagrosa de Narciso Campillo
Almanaque de La Ilustración, Año XVIII, p 155, 1890

¿Insigne Aguado? ¿Maestro del cante hondo?, oles, playeras, polos, serranas, soledades, sevillanas, malagueñas y... la caña, verdadera madre y raíz de todos los cantares de la gente del bronceComo no sea Victoriano Aguado Hidalgo, 'el Chico', que regentaba la venta conocida como El Álamo, en el Albaicín alto, cerca de la de su tío Manuel Hidalgo en el Sacromonte, la Venta Zoraida, a la que cantó Enrique por tangos paraos en el Negra.

Si tú supieras algo de Aguado te agradecería nos informases, gracias.

martes, 3 de diciembre de 2013

¿De la India o de las Indias?

13 comentarios:
Cuando asistimos a los encuentros, cada vez más numerosos, entre flamencos y sus abuelos: indios, gitanos, egipcios, turcos, marroquíes, iraníes, japoneses y demás orientales, siempre salimos diciendo: tienen cosas en común pero, la verdad, poco se parecen.
Sin embargo, cuando hacemos el mismo ejercicio de sana fusión con el joropo venezolano (foto Paco Peña), el bambuco colombiano, los sones mexicanos y cubanos, las cuecas chilenas y los cientos de géneros de la música popular hispana observamos como están mucho más emparentados con lo flamenco que los aires orientales, que si bien casan algo con el cante, en compás y guitarra casi nadita.


Es natural que así sea, pensamos, son nuestros descendientes. Pero a la hora de mezclar preferimos los ascendientes. Entre tanto no somos capaces de asimilar que las Indias también nos enseñaron a componer en flamenco. Nos hemos olvidado.


Sólo cuando nos juntamos con los primos de América vemos el flamenco crecer en campo fértil. El cajón peruano y el tres cubano son testigos. Cuba, México y Argentina han dado hasta estilos al flamenco. Con Oriente nos limitamos al bordón modal y a los tanguitos, en Occidente está la sal.

Menos mirar al mar y más al océano. No sé si me explico.