crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

crónicas flamencas en la prensa de siglos pasados

sábado, 27 de diciembre de 2014

Cajón peruano en 1886

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Fiesta de San Juan, Amancaes 1843
El ombligismo crónico propio de los europeos, que se traduce en otorgar el origen de todas las cosas al Viejo Continente, lleva a algunos a afirmar con rotundidad que el cajón no es peruano sino andaluz de pura cepa.

Sabemos desde los últimos años setenta que fue Rubem Dantas quien lo trajo de Perú tras el regalo que Caitro Soto, tocador de cajón del grupo Perú Negro, hizo a Paco de Lucía en la embajada de Lima allá por el año 1977.

Para sacar de dudas a los más escépticos que lo mismo niegan la paternidad mexicana de la petenera como la cubanía de la rumba traemos una noticia de la prensa barcelonesa en 1886 dentro de un artículo dedicado a las vendedoras de camarones en el Perú de finales del XIX.

La victoria de las camaroneras La Ilustración, Barcelona 14/2/1886

Cachazpari: En Perú convite nocturno

viernes, 12 de diciembre de 2014

Última actuación del guitarrista y cantor Tapia, 1845

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Hace ahora dos años publique esta entrada acerca del guitarrista, cantor y ventrílocuo Francisco de Borja Tapia, tocaor de playeras y corraleras de Triana, autor de polos, canciones, mencionado Saldoni, Mitjana, Mesonero, por Domingo Prat en su Diccionario de guitarristas. En 1831 se publicó una Colección de canciones españolas por F.B. de Tapia (tranquilos, la BNF en París conserva un ejemplar).

Mesonero Romanos en sus Memorias de un setentón dice literalmente: 'o bien se convidaba al señor Tapia, o a otros diestros tañedores de vihuela y entonadores primorosos de lindísimas canciones nacionales...'

Celsa Alonso en su imprescindible 'La canción lírica española en el siglo XIX' le dedica unas páginas precisamente entrando en el tema del modo flamenco en el acompañamiento del polo, comentado también por Guillermo Castro en su último libro.

Hoy traigo una noticia de una actuación en Burgos de Tapia dos meses antes de su fallecimiento en Madrid el 18 de febrero de 1845 ¿Su última actuación? Por lo visto ya entonces su salud no era buena.

La Posdata, Madrid 11/12/1844

Por lo visto el arte de Tapia hizo escuela, aquí en 1856 intermediando un concierto del guitarrista Tomás Damas se interpreta la obra Zologiofonía o sea recuerdos del célebre Tapia, por don Mauricio Ariza, quien acompañado de la guitarra cantará, imitando a varios animales, y sin perder la entonación de la voz, el dúo del Perro y el Gato.


El clamor público 3/8/1856
No era nadie Tapia. No ni na.

lunes, 1 de diciembre de 2014

América en el Flamenco

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Decía Ortega que España, en 1915, era la única nación europea que no tenía una política exterior con América. Esto podría ser debido al cabreo, que aun nos dura, de haber perdido el imperio colonial que durante siglos situó la cultura española en la vanguardia.

Ese descomunal enfado ha provocado la negación de cualquier rastro americano en la cultura de la metrópoli. En el flamenco, lo llevo publicando desde hace veinte años, esa influencia es reconocida como exótica, cuando en realidad se trata de la piedra angular de esta música. Sin lo americano el flamenco simplemente no hubiese sido. No olvidemos además que América la hicieron los europeos con los africanos y los indígenas.

La flamencología si que ve con buenos ojos toda influencia que venga del este, ya sea griega, romana, húngara, egipcia, visigoda, mora en general, y por supuesto india. Ahí no suele haber discusión. Ahora bien, si nos remontamos al siglo XVI vemos más clara la raíz americana de lo que tres siglos después se dio en llamar flamenco. Por algo el cajón es afroperuano y no indio.


En el uso cada vez más frecuente de los acuerdos (acordes) a través principalmente de los bajos de danza, canarios, vacas, pasacalles, folías, zarabandas, chaconas, puso la base. Estas cadenas de acordes sostenían la gran novedad de aquel tiempo, la improvisación, impulsando a su vez la cristalización de los modos armónicos, mayor y menor. Sobre un bajo ostinato (cadena que se repite) la fantasía vuela con libertad y de ahí nacerá la ópera, el concierto, la suite. En mi opinión América es la principal causa de esa revolución que vivió la música a partir de 1493, tras la primera vuelta.

El compás, mejor dicho, la barra de compás, vino a sustituir de una vez por todas el sistema de proporciones que hasta entonces imperaba en la escritura musical. Creo que en la evolución hacia los compases numerados y la barra divisoria tuvo mucho que ver el hecho de que, como escribió Stefan Zweig, en diez años se descubriera más que en mil.



papelesflamencos.com/2012/08/60-anos-sin-tomas-pavonl
La melodía es otro cantar. Ahí veo menos raíz y más novedad. Acompañamiento americano para una melodía romántica, propia del XIX, inspirada en las tonadas populares andaluzas condimentadas durante siglos con el mestizaje cultural más exquisito. Recreación de melodías agitanadas (Steingress) para dar forma a un repertorio descomunal que abarca múltiples variantes de expresión musical, con un elemento en común, el jipío individual, los tercios ligados con un aliento, el belcanto andaluz, forjado con esencias de la música tradicional.

El flamenco sería entonces música aflamencada. Los modelos más conseguidos la soleá y la seguiriya por una parte y la malagueña por otro. El tango es el último en incorporarse al festín. Después, respondiendo a la demanda del público, se exploran todo tipo de variantes locales que vienen a enriquecer un repertorio que hacia 1922 está casi completo.

Asentado sobre cimientos americanos los flamencos imaginaron una forma de cantar queriendo rememorar ancestros orientales, logrando un lenguaje melódico que, mediado el XIX, se comenzó a reconocer como flamenco. Forjado al gusto del consumidor, no olvidar esto, como cualquier arte, gustar al que paga, ahora y siempre. Otros poniendo voces arcaicas quieren hacernos creer que son antiguos, puros. Quien crea que el jazz es África en América se equivoca, en realidad es África hecha para los Europeos en América.

En el principio fue el cante, acompañado por la guitarra 'atlántica', y por fin el baile, adaptando las reglas del bolero a la nueva música, el flamenco.